CÓMO ELEGIR CALZADO ORTOPÉDICO INFANTIL.

El calzado ortopédico infantil es, hoy por hoy, sugerido para corregir problemas severos en las extremidades. Los podólogos  tienen opiniones divididas en cuenta a su uso. No obstante, todo depende del problema que presten los niños a la hora de un diagnóstico y potencial tratamiento.

Las posibles causas que obligan al especialista a recomendar la utilización de los zapatos ortopédicos para niños son:

·        Pie plano

·        Arco plantar alto

·        Dismetría

·        Rotación tibial o femoral.

Si le niño tiene un pie plano, esta deformidad lo obliga a apoyar toda la planta del pie sobre el suelo. Esto puede causar dolor en músculos y tendones de los pies y la parte baja de las piernas. Incluso podría provocar caídas por la mal postura en las pisadas.

Estas consecuencias son similares para el resto de las dolencias. El arco plantar alto produce una pisada insuficiente que forzar al pie a soportar mayor peso. Por otro lado, la dismetría o diferencia entre el largo de las piernas, genera pisada irregulares que perjudican las articulaciones, las caderas y pueden causar desviaciones de la columna.

Por último, la rotación tibial o femoral, conocida como Toeing o Toeunt, se caracteriza porque las puntas de los pies se ubican exclusivamente hacia adentro o hacia afuera del eje central. También ocasiona molestias y problemas con las articulaciones y caderas.

Pero ¿Cómo escoger el mejor calzado ortopédico infantil?

Dependiendo de cada uno de los casos anteriores, son diferentes los zapatos ortopédicos infantiles que indican.

Si tu que tiene pie plano, seguramente te aconsejaran que lleve aptos ortopédicos para niños con cierta rigidez en la suela y plantilla. Esto tiene como propósito que el pie descanse sobre esta estructura firme. Así el peso que sea sobre ello obligara a formar nuevamente el arco del pie.

Este tipo de calzado ortopédico infantil solo debe ser flexible en el área de los dedos y su unión  con los huesos metatarsianos. Esto último se conoce también como la “bola de pie”